Maternidad libre y voluntaria,
una celebración diaria

Pensar en la maternidad actualmente nos invita a reflexionar desde una visión de los derechos, la autonomía, libertad, diversidad de las mujeres y de la autodeterminación de sus cuerpos. En México desde 1922 se estableció dicha conmemoración y actualmente acostumbramos a celebrar la maternidad cada 10 de mayo, ésta se encuentra desde entonces representada por una carga social determinada en roles que pretenden trazar el destino de cada una.

Por generaciones se ha transmitido a las mujeres este designio que determina con sacrificio y abnegación la crianza, y cuidados de las hijas e hijos, la responsabilidad del bienestar de ancianos y culturalmente, representa la conexión de las partes de una familia.  Este tipo de maternidad impuesta y estereotipada contraviene el ejercicio actual de los derechos de las mujeres.

La mirada actual hacia la maternidad debe ser una opción y no una imposición, que ayude a eliminar los estereotipos culturales y den libertad de decisión con responsabilidad sin menoscabo de su condición de mujeres o seres maternales. Dicha mirada se construye con esa libertad permeada del acceso a educación sexual y al conocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos.

En México solamente el 53.4% de las mujeres en edad fértil (15 a 49 años) fueron usuarias de algún método anticonceptivo. Este porcentaje aumenta a 73.1% entre las mujeres casadas en el mismo grupo de edad (INEGI, 2018).

En los años transcurridos del siglo XXI se ha disminuido paulatina en número de nacimientos y en 2018 se calculó de 2.1 hijos por mujer, con diferencias importantes entre aquellas que viven en una localidad rural de 2.5 y de 1.9 para aquellas en localidades urbanas (INEGI, 2019a).

Sin embargo, las mujeres rurales, como los demás actores sociales, pueden influir sobre el resultado de las decisiones que les conciernen o pueden tratar de resistir o negociar el poder que ejercen los hombres y las personas mayores sobre ellas.[i]  Así, las mujeres de las áreas rurales no deben ser entendidas como simples «soportes» o receptoras de reglas, normas, valores, prescripciones y prácticas institucionales que determinan mecánicamente su comportamiento y su manera de percibir y concebir el mundo social del que forman parte, sino como «intérpretes» de tales normas, prescripciones, valores   y   prácticas, frente a   las que reaccionan, bien sea aceptándolas, modificándolas o rechazándolas (Salles y Tuirán, 1994, p. 22)

Actualmente la maternidad ha encontrado otros caminos para manifestarse, ya no se circunscribe a la descendencia pues, el instinto de cuidar y proteger puede ser dirigido a otros seres no consanguíneos o de otra especie que requieran de atención, defensa y amparo.

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Referencias:

[i] La maternidad en una comunidad rural mexicana en el contexto de la vida cotidiana y del cambio social, en la segunda mitad del siglo XX.-Rojas Wiesner, Martha Luz. Centro de estudios sociológicos, CM.