MURALISMO COMUNITARIO:
un arte para comunicar desde abajo

*Texto elaborado a partir de experiencias de animación sociocultural sostenidas y vividas por colectivos de las comunidades de Candelaria, El Naranjal y Kankabchen, en el municipio de José Ma. Morelos, Q. Roo.

Resistiendo a la colonización cabal de los territorios y del pensamiento, llevada a cabo por un sistema capitalista que devora sin tregua los bienes naturales de las comunidades mayas, y a las personas y sus representaciones, surgen desde lo local expresiones colectivas que visibilizan y rescatan las formas y colores implicados en los modos de vida locales, en el hacer cotidiano sumergido en un pueblo, una fajina, una milpa o un monte.

Y es que este pedazo de terruño, ubicado en la esquina noreste de la Península de Yucatán, tiene otras historias por contar, más allá de las creadas por el sofisma de un progreso traído por el turismo de sol y playa: una historia monocromática cuya única frecuencia se mide en rangos de generación de riqueza y su acumulación.

La decolonialidad implica una categoría que supone un posicionamiento político, hacia la transformación de poder. Es decir, busca transformar de manera crítica la experiencia de la memoria colonial (Escobar, 2007).

En procesos como la animación sociocultural se promueven y movilizan recursos humanos, de forma participativa, para el desenvolvimiento de potencialidades latentes en los individuos, grupos y comunidades; bajo este enfoque, según Ezequiel Ander-Egg (2006) no se pretende llevar cultura o conocimiento a los sujetos, sino descubrir y desarrollar las formas prácticas de facilitar, a diversos sectores, la forma de apropiarse y elaborar un saber instrumental que les permita expresar, estructurar y dinamizar sus propias experiencias y, además, sensibilizar al otre.

Los grandes esfuerzos tienen grandes recompensas.

La sensibilización tiene un papel central ya que se pone énfasis en generar mediaciones culturales que se orientan a la gestión de procesos informativos y comunicativos que contribuyan al fortalecimiento de identidades, al diálogo intercultural, al reconocimiento de diversas manifestaciones estético-expresivas, el afianzamiento de la legitimidad y la legalidad de la pluralidad cultural, a la conformación y configuración de redes y movimientos sociales por la defensa de los derechos culturales, y a la visibilización de problemáticas de exclusión social, discriminación cultural y relaciones asimétricas de poder en contextos socioculturales, y a la democratización de la información y la comunicación con, entre y desde la pluralidad de grupos y colectivos culturales (Martínez Roa, Tobar Torres, & Badillo Mendoza, 2016).

Desde estas perspectivas se vuelve posible, aunque no sencillo, pensar en un proyecto de sensibilización para compartir y reconocer saberes mediante la apertura de espacios concretos en los que se cuestione, aprende y construye conocimiento, respecto a diversos temas de interés para quienes los conforman. Opuesto a esto, existen programas meramente difusionistas que mantienen las estructuras tradicionales de una comunicación convencional y reproduce, en una u otra media, un modelo colonialista de pensamiento.

En este sentido, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenibles (CCMSS) impulsó a través de la EIPA[1] una campaña social de comunicación[2] que como propósito pretende(ía) contribuir a la identificación, compresión y disminución de problemáticas sociales, con apoyo de diversas actividades de difusión y sensibilización de las y los individuos a quienes se dirige y quienes también participaran de forma activa y consciente.

Esta campaña social de comunicación inició con la definición de una propuesta comunicacional lograda por las y los participantes de cuatro comunidades mayas del municipio de José María Morelos, Q.Roo, con quienes se trabajó un diagnóstico que ayudó a reconocer problemáticas de interés tanto para mujeres como para hombres de las comunidades.

Las y los participantes reflexionaron los contenidos y definieron los medios a través de los cuales se difundirían los mensajes, concentrados mayoritariamiente en la identidad cultural. En un segundo momento de la campaña, se desarrolló un programa de capacitación para la elaboración de los mensajes y el acercamiento al uso técnico de la producción para medios de comunicación.

A lo largo de 2020 se elaboraron mensajes para medios como radio, vídeo, impresos y fotografía; para posteriormente, a mediados de 2021, explorar el muralismo comunitario como otro medio de expresión cargado de arte y creatividad. Las y los participantes convinieron continuar con el mensaje identitario, con la búsqueda en la esencia y la representación del sentir a través de la elaboración de murales en espacios públicos de las comunidades y con la participación de niñas, niños, juventudes y hombres y mujeres adultas.

El muralismo comunitario resultó para la campaña una experiencia social, de aprendizaje y por supuesto estética, un medio que propició la participación de diversos grupos etarios y abonó al fortalecimiento de la identidad del pueblo mediante, la construcción de una memoria del pasado y una memoria para el futuro. Los murales se aprecian y disfrutan en lugares públicos que fueron rescatados por las y los participantes, quienes con una brocha y un pincel expresaron el conocimiento de su identidad como elemento cohesionador y el amor y respeto por su territorio, por lo propio.

Referencias:
[1]
Estrategia de participación activa de mujeres y juventudes, cuya estructura programática desarrolla un eje de comunicación para visibilizar experiencias y aprendizajes que favorecen el entendimiento de las diversas formas de participación de mujeres y juventudes en la reconstrucción de sus derechos, cimentando y alimentando nuevas relaciones de igualdad e inclusión.
[2] Iniciativa comunicacional puesta en marcha desde 2019 con personas de comunidades mayas del municipio de José María Morelos, Q.Roo, quienes, a su vez, participan y estimulan acciones colectivas en sus comunidades ligadas a la gestión del territorio.

Murales

Kanáan Maya t’áan u ti’ al ma’ u kíimil k miatsil

Conservar la lengua maya, para que nuestra cultura no muera

Candelaria, Quintana Roo.

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Kanáanil k’áax
El cuidado de la selva

El Naranjal, Quintana Roo.

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U yiich u pa’ak’aal ak’ lu’um ak kuuxtalil
El fruto de nuestra tierra es vida

Kankabchen, Quintana Qoo.

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